14 de julio de 2010

Frío o calor

Frío... siento mucho frío. Todo este clima me suele traer recuerdos, la mayoría son malos. La sensación de frío se podría comparar a la de ver a una persona querida llorar y sentirse inútil ante la situación; o con la frustración que se siente al no alcanzar una meta; o también se puede comparar con ese sentimiento rasposo, seco y espantoso que lastima cuando uno fracasa en el terreno del amor.

Sentir frío realmente puede ser molesto, porque uno lo relaciona con todo lo dudoso, lo borroso, lo oscuro, o cualquier otro “lo” que pueda existir. Una de las curas a esto, dirían algunos, seria esperar al calor que puede representar todo lo amable, lo calmo, o incluso lo feliz si queremos generalizar. Pero muchas veces eso no alcanza, incluso en el más espeso, pesado, caluroso día de sol uno puede llegar a sentir dentro de su cuerpo, situado a lo largo de todo su pecho, grande como una gran roca, al maldito y molesto frío.

A esto se le tendría que buscar otra cura, una que no dependa del calor que por lo visto es inútil como oposición al frío. Una solución que pueda vaciarnos completamente del frío para poder vivir el calor en armonía, pero eso seria mucho pedir. Ingenuo es pensar que exista algo que pueda sacarnos por completo el frío, que siempre encuentra lugar en los mas pequeños y oscuros huecos de nuestro ser y que arma en él una residencia constante, siempre presente. Quizás lo único positivo que puedo decir acá es que no todos los fríos llegan para quedarse, algunos ayudan, aunque no lo crean, transformándose en el calor mas intenso que uno pueda imaginar.

…Frío o calor, frío o calor… ¿Cuál será mas fuerte al final?

No hay comentarios:

Publicar un comentario